12.30.2004

El dragón despierta: China y su impacto en las economías

"El dragón despierta: Desarrollo económico de China y su impacto en las economías" es un libro de 200 páginas cotiene información relevante y actualizada sobre la China, editado recientemente.

La influencia de China en el comercio internacional -dice el libro- se acrecienta cada día más tras un largo período de aislamiento.

En 2002, el gigante asiático se transformó en la sexta economía mundial y la cuarta potencia comercial, concentrando en el 2003 el 5,9% y 2,5% de las exportaciones mundiales de mercancías y servicios comerciales, respectivamente.

Su participación en el comercio mundial aumentó considerablemente en poco tiempo, desde menos del 1% en 1979 al 5,5 % en 2003. El valor de las importaciones y las exportaciones chinas alcanzó una cifra superior a 800.000 millones de dólares el año pasado, situándola en el cuarto puesto mundial detrás de Estados Unidos, Alemania y Japón. Además, en la actualidad, China es el mayor receptor de inversiones foráneas, el tercer importador mundial y el quinto inversionista en el extranjero.

El rápido crecimiento económico del país y su progreso experimentado en otros campos, representan logros que de ninguna manera se deben únicamente a su mano de obra barata, ya que a lo largo de 55 años, han sorprendido al mundo entero.

China ha pasado de ser una de las economías más cerradas y centralizadas, a normalizar sus relaciones con sus vecinos y con muchos países del mundo. Participa en foros internacionales y regionales y se encuentra en el centro de una red de vínculos comerciales y financieros para su modernización económica.

Desde el vuelco al capitalismo, en 1978, china ha crecido a una tasa promedio anual del 9,4% y aunque el producto per cápita sigue siendo bajo, importantes sectores han mejorado su calidad de vida con significativos aumentos en el nivel de sus ingresos.

La economía en la Republica Popular de China se ha ido abriendo de manera gradual, manteniendo un ritmo que garantiza cierta estabilidad política. De esa manera, China ha disminuido drásticamente sus aranceles a las importaciones a partir de su ingreso a la OMC en diciembre de 2001; el nivel arancelario promedio cayó drásticamente del 41% en 1994, al 12% en 2004. Además, en julio de este año, entró en vigor una nueva ley regulando el comercio exterior, que garantiza que individuos y empresas, nacionales y extranjeros indistintamente, puedan participar libremente en negocios de importación y exportación, sin requerir una licencia especial del Gobierno.

China lanzó el mayor proceso de privatización de empresas estatales de la historia del mundo moderno, como respuesta a la crisis financiera del sudeste asiático, la cual demostró claramente que la globalización no sólo es un proceso irreversible, sino que se acelera cada vez más y más. En este sentido, el Gobierno chino lanzó la reforma del sistema financiero, favoreciendo a las empresas privadas sobre las estatales.

Las autoridades chinas tienen como retos: el desarrollo agrícola del país, los mercados financieros; las empresas estatales, el desequilibrio geográfico entre el occidente y oriente del país; los problemas sociales; la escasez energética y los efectos del gran crecimiento económico sobre el medio ambiente.

El impacto que genera un mercado de 1.300 millones de consumidores potenciales en la economía mundial es vasto. El crecimiento de la demanda china ha sido un factor clave en la subida de precios internacionales de los productos básicos en el año 2003 y 2004 y el rápido crecimiento económico del país, así como su entrada en la OMC, han creado una amplia gama de nuevas oportunidades de comercio y de inversión.

América Latina podría beneficiarse del dinamismo de la economía china, incrementado el flujo de exportaciones de materias primas e insumos. Los países más avanzados de América Latina, sobre todo Brasil y Chile, gozan con proyectos más atractivos en lo que respecta al comercio, la cooperación técnica, y la formación de alianzas estratégicas, así como el comercio intra-industrial y la apertura en el marco de acuerdos comerciales.

No obstante, algunas economías latinoamericanas, en especial México, Centro América y países caribeños, ven en China una enorme amenaza especialmente por ser este país una creciente competencia en terceros mercados. Además un futuro Tratado de Libre Comercio entre la China y los países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y otros países de la región, puede causar una desviación de comercio en perjuicio de varias economías latinoamericanas y caribeñas.