12.28.2005

Mensaje de Fin de Año del Banco Central de Venezuela


Parra Luzardo: Políticas del BCV seguirán avanzando para reducir la inflación y la pobreza

Destaca que la regulación de las tasas de interés y de las comisiones bancarias contribuyeron a fortalecer el crecimiento de la economía nacional y a propiciar el bienestar social

"El crecimiento con proyección social de la economía nacional es significativo, equilibrado y sostenido en el tiempo. Este crecimiento está sustentado, principalmente, en la transformación en curso del aparato productivo nacional, impulsado por políticas públicas de mediano y largo plazo, y en la ejecución de una política exterior que tiende a diversificarse geopolíticamente", señaló el presidente del Banco Central de Venezuela, Gastón Parra Luzardo, en su primer Mensaje de Fin de Año.

Describe el presidente del instituto emisor que en un breve lapso, Venezuela ha reformulado el marco político constitucional, los regímenes parlamentario, judicial, impositivo, financiero y bancario, la estrategia de sus relaciones internacionales, la organización ministerial, las áreas de salud, educación y cultura. Simultáneamente, ha promovido un aparato de acción inédito mediante las misiones Barrio Adentro, Ribas, Sucre y otras, para combatir la exclusión de vastos sectores de la población y el flagelo de la pobreza.

Afirma que es indudable que los bancos centrales, en nuestros países, deben estar integrados al proceso nacional para cooperar en el desarrollo del país, con la participación de todos los factores productivos.
"El Banco Central de Venezuela asume una participación más directa en la vida cotidiana de la población, cuando decide hacer uso de su atribución de regular las tasas de interés activas y pasivas, en beneficio de ahorristas y consumidores, con la finalidad de contribuir a la generación de un ambiente de estabilidad que apoye el fortalecimiento de la economía nacional, propicie el crecimiento económico y el bienestar social, estimulando la ampliación y profundización de la actividad bancaria, especialmente para facilitar el acceso al financiamiento de las pequeñas empresas. Su labor no se detiene en el plano económico, sino que incursiona como ente ciudadano y con responsabilidad de órgano del Estado en la creación, sostenimiento y dotación de bienes del espíritu y del conocimiento".

"El Banco Central de Venezuela armoniza su esencia y funciones con las realidades económicas, sociales y políticas predominantes en los escenarios de la nación y del mundo exterior, y está consciente de que no puede permanecer indiferente ante la emergencia de un panorama nacional e internacional que experimenta mutaciones de honda trascendencia y proyección, que le imponen retos y desafíos propios de la coyuntura, los cuales enfrenta solidariamente con otros poderes públicos del Estado venezolano, en pro de un mejor destino para nuestro país", agrega el Mensaje de Fin de Año del Presidente del BCV.

Con respecto a la creación del Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden), Parra Luzardo destaca el permanente interés del Banco Central de Venezuela de asegurar el financiamiento justo del desarrollo nacional, con una mayor cantidad de recursos disponibles, en aras de facilitar las transformaciones de la sociedad venezolana. "Las funciones encomendadas a Fonden responden a la distinta orientación que se le confiere actualmente a la distribución del ingreso petrolero para hacer más expedita y directa su aplicación al genuino desarrollo económico y social del país, lo que resulta un verdadero cambio estructural en beneficio de la sociedad nacional".

"De allí surgió la conveniencia de una nueva orientación en el manejo del ingreso petrolero para cumplir con el objetivo que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la Ley de Hidrocarburos les asignan a tales proventos monetarios. La característica fundamental del Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden) radica en que se nutrirá de un flujo continuo de recursos que será utilizado en el financiamiento de proyectos de desarrollo económico y social, específicamente en la inversión real productiva, la educación, la salud, el mejoramiento del perfil y saldo de la deuda pública externa y la atención de situaciones especiales. Con tal fin, se traspasará a dicho Fondo una porción de divisas provenientes del petróleo antes de que formen parte de las reservas internacionales".

"La recepción del ingreso petrolero, su manejo y aplicación, involucran al Ejecutivo Nacional, a Pdvsa y al BCV. Resulta innegable que la orientación dada al empleo de las divisas provenientes de los hidrocarburos, atiende a una visión dialéctica de la política económica que le da contenido real a la famosa frase: "la siembra del petróleo". Con ello se avanza en el diseño y puesta en práctica de una institucionalidad pública que perfecciona la coordinación macroeconómica entre el Ejecutivo Nacional y el Banco Central de Venezuela, conforme a las disposiciones constitucionales pertinentes", afirma.

Contexto internacional

"La economía mundial atraviesa un período de incrementos de precios nominales del petróleo, los cuales, sin embargo, en términos reales son notablemente inferiores a los registrados durante los años ochenta. Asimismo, y a diferencia de lo observado en esa época, en esta oportunidad no se aprecia un impacto significativo sobre el crecimiento mundial y no constituye una seria fuente de preocupación para la misma. Por otra parte, los precios del petróleo están reflejando presiones de demanda derivadas del crecimiento acelerado de países importadores de crudo, así como la presencia de elevados e irracionales patrones de consumo energético en muchos países industrializados.

Es importante distinguir entre el aumento de la demanda de los países en pleno desarrollo de sus economías, y aquella porción de la demanda que expone patrones y estilo de consumo caracterizados por el despilfarro energético y el excesivo confort.

En este contexto, restricciones en los países altamente desarrollados han impedido la ampliación de refinación, lo cual se refleja en los precios de productos refinados. Por otra parte, la escasez de inversiones en capacidad de transporte marítimo, así como la ocurrencia de fenómenos naturales, han contribuido a la complejidad de la situación y dificultad para atender adecuadamente el exceso de demanda, a pesar de los esfuerzos que los países productores, particularmente los de la OPEP, han realizado para garantizar un suministro oportuno a los mercados".

"Asimismo, creemos que los excedentes de ingresos de los países exportadores de petróleo deben aplicarse tanto a diversificar y fortalecer sus economías, estimular inversiones con alto retorno social y cancelar deuda pública externa, como a apoyar el desarrollo de los países más pobres. Al respecto, Venezuela ha seguido por varios años este enfoque, a través de iniciativas de cooperación económica y financiera de larga data con los países importadores de crudo en América Latina y el Caribe".

"Existen otros factores, no atendidos hasta ahora, que tienen el potencial para desatar la inestabilidad global, tales como: la desalineación de monedas, la ausencia de ajuste fiscal en algunas economías industrializadas, la persistencia de los déficit fiscal y en cuenta corriente en los EE.UU., el eventual encarecimiento y/o reducción de los flujos de financiamiento externo y las asimetrías reflejadas tanto en los flujos del comercio internacional, como en la distribución de los beneficios del crecimiento mundial".

Resultados macroeconómicos

Por segundo año consecutivo, la economía venezolana exhibió un notable dinamismo sustentado en la conjunción de la aplicación de políticas fiscal y monetaria consistentes con un mayor nivel de actividad económica, y en un entorno internacional auspicioso —fundamentado en el aumento de los precios nominales del petróleo—.

En razón del primer elemento, la confluencia de una política fiscal expansiva y una política monetaria inclinada a sostener el aumento del crédito interno, permitieron el incremento de los medios de pago; con base en el segundo factor, la economía pudo disponer de mayores ingresos externos que elevaron la capacidad financiera del sector público y los activos externos de la República. En un contexto de creciente intermediación financiera, bajas tasas de interés y mayor fluidez en el funcionamiento del sistema de pagos, se mantuvo el auge de la demanda agregada interna en sus componentes de consumo e inversión, cuyo efecto dinámico determinó la expansión del producto interno bruto (PIB).

La adecuada estrategia adoptada por el BCV y su aplicación en la política monetaria, conjuntamente con la estabilización del tipo de cambio nominal y su efecto en la formación de expectativas, la política de administración de precios, la distribución de alimentos a bajo costo y el nivel de las importaciones, moderaron las presiones inflacionarias que resultaron de una dinámica económica en la cual la demanda agregada tendió a expandirse a un ritmo mayor que el producto.

Sector real

Las estimaciones preliminares señalan que el PIB creció en torno a 9,4% durante el año 2005. Con este resultado, se observa, por noveno trimestre consecutivo, un crecimiento sostenido. El aumento de la actividad económica se vincula con el dinamismo de la demanda agregada interna en un contexto de menor desempleo, desaceleración de la inflación y superávit en la balanza de pagos.

El auge de la actividad económica se concentró en el valor agregado no petrolero (10,3%), principalmente del sector privado no petrolero, cuyo desempeño incidió 70% sobre el aumento del PIB total. Allí destacan los sectores: manufactura (8,7%); comercio y servicios de reparación (19,9%); construcción (20,1%) y comunicaciones (15,9%). Por otra parte, el menor dinamismo de las actividades petroleras (1,2%) se vincula con el mantenimiento de la estrategia de defensa de los precios.

La demanda agregada interna se expandió 18%, financiada por los ingresos petroleros externos, principalmente a través de mayores erogaciones del Gobierno central (correspondientes a una economía en expansión) y el incremento de la intermediación crediticia ampliada (créditos e inversiones en valores) en cuatro puntos porcentuales, para elevar a 20,6% del PIB el índice de profundidad financiera de la economía.

El consumo creció 14,4% y representó 72,1% de la demanda agregada interna; por su parte, la formación bruta de capital fijo mostró la mayor expansión (33,2%). El consumo privado continúa percibiendo los beneficios del creciente ingreso de las familias y la recuperación del empleo, el acceso al financiamiento y la disminución de las tasas de interés activas, así como de las transferencias de recursos a los hogares mediante diversos programas sociales por parte del Gobierno nacional. Asimismo, la inversión evidencia la aplicación de ingentes recursos financieros a la renovación y expansión de la infraestructura física y de servicios del sector público, así como a la reposición de la capacidad productiva del sector privado.

La respuesta de la formación de capital resulta medular para sostener el crecimiento a largo plazo, toda vez que dos años consecutivos de crecimiento económico han elevado la capacidad utilizada de las empresas a niveles cercanos al 90%. La ampliación de la capacidad productiva interna permitirá contener las presiones inflacionarias mediante la superación de las restricciones de oferta. Concomitantemente, el incremento del acervo de capital acrecentará la capacidad de la economía para absorber productivamente aquella parte de la población que se incorpore a la fuerza de trabajo. Así, el ciclo de crecimiento iniciado por la expansión del gasto erige su sostenibilidad en la nueva capacidad para la creación de riqueza generada por crecientes niveles de inversión.

Precios

La inflación, medida por la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Área Metropolitana de Caracas, se desaceleró continuamente durante el año y se espera que al cierre de 2005 se ubique por debajo del valor oficial estimado inicialmente (15%). Para el mes de noviembre, la inflación acumulada alcanzó 13,5% y 15,3% la variación interanual, valores inferiores a los registrados en 2004.

El proceso de desaceleración inflacionaria, como se ha dicho, se vincula al efecto de la absorción de los excesos de liquidez por parte del BCV y las operaciones del Gobierno con títulos denominados en moneda extranjera colocados en bolívares en el mercado nacional, el aumento de la producción del país, las mayores importaciones, la estabilidad del tipo de cambio nominal y el efecto del adecuado nivel de reservas internacionales sobre la formación de expectativas de menor inflación.

La mayor desaceleración en los precios de los bienes transables, con relación a los no transables, se debe a la competencia impuesta por las importaciones. Mientras los primeros disminuyeron su tasa de variación interanual en 5,5 puntos porcentuales, los segundos lo hicieron en 3 puntos porcentuales. De igual forma, el componente importado del Índice de Precios al Mayor (IPM) mostró una variación acumulada de 10,7%, menor a la del componente nacional, que se ubicó en 14,4%.

Mecanismos adicionales para reducir la inflación fueron la política de administración y control de precios de algunos bienes y servicios de primera necesidad, así como la efectiva distribución de alimentos a través de la red Mercal. Los precios de los bienes controlados tuvieron una inflación acumulada a noviembre de 10,1% y los no controlados de 16,8%. En promedio, el nivel de acatamiento del control fue mayor durante este año.

Sector externo

El sector externo respondió favorablemente a las condiciones del mercado internacional, en el cual la creciente demanda, asociada con el crecimiento de la economía mundial, propició la permanencia de mayores precios nominales para las exportaciones venezolanas, principalmente petroleras. Las importaciones experimentaron un repunte al responder a la expansión de la producción y al gasto interno, dado el efecto ingreso positivo generado por el sector petrolero y a la oportuna cobertura de los requerimientos de divisas por parte de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi).

El superávit de la cuenta corriente (17,7% del PIB) fue impulsado por el aumento de las exportaciones totales, que ascendieron a US$ 55.597 millones. Destaca el crecimiento de las exportaciones petroleras (51,5%) y, en menor medida, de las no petroleras (6,3%). Estas últimas se mantuvieron relativamente constantes con relación al PIB (ligeramente por encima de 5%) y su crecimiento se concentró principalmente en metales comunes, carbón y plásticos. Las importaciones alcanzaron US$ 25.174 millones, vinculadas con la mayor disponibilidad de divisas y al desempeño de la actividad económica real. Por destino económico, resaltó el aumento de las importaciones de los bienes de capital y de los insumos.

Conviene señalar que el resultado en cuenta corriente se explica, fundamentalmente, por la mejora relativa experimentada en los precios de los bienes exportados con respecto a los precios de los bienes importados. Se estima que los términos de intercambio mejoraron en 37,6% con respecto al año 2004.

El déficit de la cuenta de capital y financiera se situó en 11,2% del PIB y, básicamente, recoge la constitución de activos externos del sector público, entre los que se encuentran los fondos especiales de inversión —incluida la transferencia de US$ 6.000 millones desde las reservas internacionales del BCV al Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden)—, las cuentas por cobrar de Pdvsa y el incremento de activos del sector privado no financiero provistos, principalmente, mediante la liquidación de bonos públicos denominados en moneda extranjera. Estas transacciones no implican necesariamente un deterioro de la posición externa del país, sino una reestructuración de los activos internacionales.

El resultado de la balanza de pagos reflejó un superávit global de US$ 4.984 millones (3,6% del PIB), el cual permitió acumular un nivel de reservas internacionales brutas del BCV que, al 22 de diciembre de 2005 se ubicaron en US$ 28.920 millones.

Sector monetario y financiero

El efecto conjunto de la expansión del gasto público y la intermediación financiera determinó el incremento de la liquidez monetaria. La liquidez excedente fue drenada parcialmente mediante las operaciones de mercado abierto del Banco Central de Venezuela y por la colocación de instrumentos financieros públicos negociables en el exterior. La trayectoria de los agregados monetarios expresa los efectos de la política económica con la finalidad de estimular el crecimiento de la economía. Hasta el mes de noviembre, la liquidez monetaria en poder del público (M2) registró un incremento nominal de 44,6%, y de 55,5% en los últimos doce meses. Del mismo modo, los agregados menos amplios representados por el circulante (M1) y la base monetaria, evidenciaron aumentos nominales de similar magnitud.

El escenario general de crecimiento, la ausencia de arbitraje externo, la fijación de límites adecuados para la determinación de las tasas de interés y la asignación administrativa de parte de la cartera de crédito de la banca, actuaron como catalizadores de la monetización de la economía nacional y la creciente contribución del sistema bancario a la generación y distribución del producto.

Se espera que al cierre del año, la cartera de créditos respecto al PIB no petrolero, indicador de la intermediación de fondos para la generación del producto del sector privado, aumente de 14,6% a 18,1%. Este resultado se debe a la expansión de la cartera bruta de préstamos en términos reales (50,7%) y señala un incremento en la canalización de fondos financieros a las diversas actividades económicas.

Los préstamos otorgados a las familias experimentaron un incremento real de 80,1% al mes de noviembre, producto del mayor destino de recursos para la compra de vehículos (179,8%) y la adquisición de bienes y servicios a través de las tarjetas de crédito (48,2%), donde este último rubro representó el 62,4% de los créditos al consumo. La mayor demanda de consumo mediante tarjetas de crédito se asocia con la expansión de la actividad económica y a su efecto sobre el ingreso disponible, al descenso de la respectiva tasa de interés y al consumo realizado en moneda extranjera (el cual alcanzó en el período enero-noviembre el monto de US$ 799,0 millones).
Los préstamos otorgados para la adquisición, refacción, remodelación, ampliación y construcción de vivienda comenzaron a registrar ascensos anualizados reales, a partir del mes de mayo de 2005, hasta alcanzar un incremento real de 119,1%, al mes de noviembre. Este comportamiento podría vincularse, en parte, con la fijación de tasas de interés activas preferenciales para la compra de vivienda, el otorgamiento de subsidios a grupo familiares con ingresos mensuales menores a 55 unidades tributarias, la posibilidad de que un mayor número de familias haya tenido acceso a los créditos hipotecarios y al mejor desempeño del sector construcción.
La considerable cantidad de dinero en circulación, el control de cambio y la fijación de tasas pasivas más atractivas llevaron a los agentes económicos a colocar en el sistema bancario sus excedentes financieros. Así, las captaciones totales, desglosadas en públicas y privadas, muestran un significativo aumento en los últimos doce meses desde noviembre de 2004: 99,3% en el sector público y 55,1% en el sector privado. No obstante, el porcentaje de participación del sector privado mantuvo su relevancia, ya que representó para noviembre 72,8% de las captaciones totales.

Las tasas de interés y el bienestar social

Las medidas adoptadas por el Directorio del BCV para regular las tasas de interés y las comisiones bancarias tuvieron efectos altamente positivos en el ámbito económico y social. En efecto, la estructura de tasas de interés exhibió un comportamiento favorable, en el contexto de un esquema de determinación administrada, aplicado por el Instituto desde el 1° de mayo de este año. Este mecanismo fortaleció el crecimiento de la economía nacional y el acceso a un mayor nivel de bienestar social.

Igualmente ha incentivado el ahorro de la población y el funcionamiento adecuado del sistema financiero nacional.

De esta manera, para el año 2005, se establecieron los topes máximos y mínimos a las tasas de interés activas y pasivas, respectivamente, con base en las tasas referenciales del BCV.

La tasa activa máxima se ubicó en 28% y las tasas pasivas mínimas para los depósitos de ahorro y a plazo, en 6,5% y 10%, respectivamente. En este sentido, el promedio ponderado de la tasa de interés activa para noviembre varió en sólo 0,2 puntos porcentuales con respecto al mes de abril de 2005, ubicándose en 16,2%. Sin embargo, se observó que para los créditos de montos bajos (menores a Bs. 5 millones) experimentó una reducción durante los meses siguientes a la entrada en vigencia de la resolución. Las tasas de interés de los Depósitos de Ahorro se ubicaron en un promedio de 7,2% en el mes de mayo, manteniéndose alrededor de este nivel hasta el mes de noviembre. Antes de la medida, las tasas de ahorro mostraban una gran dispersión, con valores mínimos de alrededor de 1% y altas comisiones por su mantenimiento. Al respecto, conviene destacar que aproximadamente el 80% de las cuentas de ahorro tienen saldos no superiores a Bs. 500 mil, lo cual refleja el efecto social de esta medida al beneficiar, principalmente, a los pequeños ahorristas.

Este hecho, contribuyó al incremento de las captaciones a través de estos instrumentos. Igualmente, la tasa de interés de los Depósitos a Plazo Fijo mayores a 28 días, se situó cercana al tope mínimo establecido, ubicándose para el mes de noviembre en 10,5%, Sin embargo, es importante destacar que las operaciones pactadas a montos menores de Bs. 5 millones que representan el 56,8% del total, experimentaron un incremento en las tasas de interés al pasar de 8,5% en abril a 10,1% en noviembre de 2005, lo que favorece a los ahorristas de menos recursos.

La evaluación de las tasas de interés por destino económico revela que el principal impacto de la fijación de límites por el BCV correspondió a la tasa para consumo con tarjetas de crédito. Previamente a la resolución en referencia, estas tasas mostraban una gran dispersión y llegaban, en algunos casos, a más de 50%. En promedio, descendieron en términos puntuales de 37,2 (abril 2005) a 26,6% (noviembre 2005), ahora con una variabilidad mínima.

Por resolución de fecha 26 de abril de 2005, el BCV complementó la medida de fijación de tasas de interés, al establecer limitaciones a la banca en cuanto a la exigencia de mantenimiento de depósitos y compra de otros servicios y productos para el otorgamiento de créditos. Igualmente prohibió el cobro de comisiones o tarifas sobre la administración de las cuentas de ahorro. En posterior resolución del 1° de diciembre de 2005, el BCV fijó una tasa máxima de 3% anual aplicable a las obligaciones morosas por concepto de créditos otorgados por las instituciones financieras.

El BCV, al adoptar estas medidas, responde al compromiso que tiene con la sociedad venezolana y el desarrollo armónico de la economía nacional.

Balance y perspectivas

En síntesis, los resultados económicos y sociales del año 2005 han sido altamente positivos. Así lo demuestran, entre otros indicadores, el crecimiento del PIB a un ritmo de 9,4%, considerado -según estimaciones preliminares de algunos organismos internacionales- el más elevado de América Latina; el apreciable fortalecimiento del sector no petrolero de la economía (10,3%), claro indicio de un proceso de diversificación de la producción reflejado en alzas significativas en el sector manufacturero (8,7%), comercio y servicios (19,9%), construcción (20,1%), y otros no menos relevantes, todo ello conjuntamente con una tasa de inflación inferior al 15% oficialmente estimada.

Por otra parte, el apreciable incremento en las ventas; el mantenimiento de una tasa moderada de interés en virtud de las regulaciones del BCV, el incremento en la actividad crediticia del sector bancario para fines de consumo e inversión y el suministro de un flujo sostenido de divisas para la importación de bienes y servicios a través de un sistema de control de cambio racionalmente administrado, son hechos que conviene destacar. Igualmente significativo resultó el incremento del valor de las exportaciones no petroleras y el mayor volumen de ventas de divisas de ese sector al Banco Central.

En el ámbito de las finanzas públicas, además del aumento de los ingresos petroleros, debe destacarse: a) El sostenido incremento de los ingresos internos no petroleros como resultado del crecimiento económico y de los esfuerzos del Seniat que se tradujeron en un aumento en la recaudación superior a lo estimado; b) Las operaciones de refinanciamiento y reestructuración de la deuda pública con el consiguiente mejoramiento de su perfil de vencimientos y extensión del plazo promedio de los bonos; y c) La progresiva y significativa reducción del riesgo país como consecuencia del entorno interno y externo más favorable en que se ha venido desenvolviendo la economía nacional y la cancelación oportuna de los pagos externos por parte de los sectores público y privado.

Finalmente, en el campo social conviene subrayar la ejecución de una política orientada a lograr una mejor distribución del ingreso, caracterizada, fundamentalmente, por una mayor atención del Estado a la solución de problemas de educación, salud, vivienda y alimentación de los sectores de menores ingresos, así como de la seguridad social. Los esfuerzos en materia de distribución de alimentos a través de Mercal y los programas educativos y asistenciales realizados por las distintas misiones han contribuido sustancialmente al logro de tan plausible objetivo.

Para el año 2006, las políticas económicas y sociales internas, en conjunción con el mantenimiento de las condiciones favorables en el mercado petrolero y la economía mundial, permitirán mantener una alta tasa de crecimiento de la actividad económica y seguir avanzando en la reducción de la inflación y la pobreza. En este sentido, el Ministerio de Finanzas y el BCV analizan actualmente, en el contexto del Acuerdo Anual de Políticas, las acciones para alcanzar las metas oficiales de crecimiento del PIB real y de inflación anunciadas, las cuales deben estar en torno a 5% y 10%, respectivamente.

Merece destacarse la importancia del Acuerdo Anual de Políticas para procurar una coordinación efectiva de las acciones de política fiscal, cambiaria y monetaria para lograr los objetivos macroeconómicos planteados y contribuir al desarrollo armónico de la economía nacional. Es oportuno señalar que el éxito de estas políticas requiere del concurso activo de todos los sectores del país para alcanzar un crecimiento económico sostenido y equitativo consistente con el desarrollo humano integral.


28/12/2005: Políticas del BCV seguirán avanzando para reducir la inflación y la pobreza


Mensaje de Fin de Año del Presidente del BCV, Gastón Parra Luzardo

Políticas del BCV seguirán avanzando para reducir la inflación y la pobreza

Destaca que la regulación de las tasas de interés y de las comisiones bancarias contribuyeron a fortalecer el crecimiento de la economía nacional y a propiciar el bienestar social



--------------------------------------------------------------------------------



"El crecimiento con proyección social de la economía nacional es significativo, equilibrado y sostenido en el tiempo. Este crecimiento está sustentado, principalmente, en la transformación en curso del aparato productivo nacional, impulsado por políticas públicas de mediano y largo plazo, y en la ejecución de una política exterior que tiende a diversificarse geopolíticamente", señaló el presidente del Banco Central de Venezuela, Gastón Parra Luzardo, en su primer Mensaje de Fin de Año.


Describe el presidente del instituto emisor que en un breve lapso, Venezuela ha reformulado el marco político constitucional, los regímenes parlamentario, judicial, impositivo, financiero y bancario, la estrategia de sus relaciones internacionales, la organización ministerial, las áreas de salud, educación y cultura. Simultáneamente, ha promovido un aparato de acción inédito mediante las misiones Barrio Adentro, Ribas, Sucre y otras, para combatir la exclusión de vastos sectores de la población y el flagelo de la pobreza.


Afirma que es indudable que los bancos centrales, en nuestros países, deben estar integrados al proceso nacional para cooperar en el desarrollo del país, con la participación de todos los factores productivos.


"El Banco Central de Venezuela asume una participación más directa en la vida cotidiana de la población, cuando decide hacer uso de su atribución de regular las tasas de interés activas y pasivas, en beneficio de ahorristas y consumidores, con la finalidad de contribuir a la generación de un ambiente de estabilidad que apoye el fortalecimiento de la economía nacional, propicie el crecimiento económico y el bienestar social, estimulando la ampliación y profundización de la actividad bancaria, especialmente para facilitar el acceso al financiamiento de las pequeñas empresas. Su labor no se detiene en el plano económico, sino que incursiona como ente ciudadano y con responsabilidad de órgano del Estado en la creación, sostenimiento y dotación de bienes del espíritu y del conocimiento".


"El Banco Central de Venezuela armoniza su esencia y funciones con las realidades económicas, sociales y políticas predominantes en los escenarios de la nación y del mundo exterior, y está consciente de que no puede permanecer indiferente ante la emergencia de un panorama nacional e internacional que experimenta mutaciones de honda trascendencia y proyección, que le imponen retos y desafíos propios de la coyuntura, los cuales enfrenta solidariamente con otros poderes públicos del Estado venezolano, en pro de un mejor destino para nuestro país", agrega el Mensaje de Fin de Año del Presidente del BCV.


Con respecto a la creación del Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden), Parra Luzardo destaca el permanente interés del Banco Central de Venezuela de asegurar el financiamiento justo del desarrollo nacional, con una mayor cantidad de recursos disponibles, en aras de facilitar las transformaciones de la sociedad venezolana. "Las funciones encomendadas a Fonden responden a la distinta orientación que se le confiere actualmente a la distribución del ingreso petrolero para hacer más expedita y directa su aplicación al genuino desarrollo económico y social del país, lo que resulta un verdadero cambio estructural en beneficio de la sociedad nacional".


"De allí surgió la conveniencia de una nueva orientación en el manejo del ingreso petrolero para cumplir con el objetivo que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la Ley de Hidrocarburos les asignan a tales proventos monetarios. La característica fundamental del Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden) radica en que se nutrirá de un flujo continuo de recursos que será utilizado en el financiamiento de proyectos de desarrollo económico y social, específicamente en la inversión real productiva, la educación, la salud, el mejoramiento del perfil y saldo de la deuda pública externa y la atención de situaciones especiales. Con tal fin, se traspasará a dicho Fondo una porción de divisas provenientes del petróleo antes de que formen parte de las reservas internacionales".


"La recepción del ingreso petrolero, su manejo y aplicación, involucran al Ejecutivo Nacional, a Pdvsa y al BCV. Resulta innegable que la orientación dada al empleo de las divisas provenientes de los hidrocarburos, atiende a una visión dialéctica de la política económica que le da contenido real a la famosa frase: "la siembra del petróleo". Con ello se avanza en el diseño y puesta en práctica de una institucionalidad pública que perfecciona la coordinación macroeconómica entre el Ejecutivo Nacional y el Banco Central de Venezuela, conforme a las disposiciones constitucionales pertinentes", afirma.


Contexto internacional


"La economía mundial atraviesa un período de incrementos de precios nominales del petróleo, los cuales, sin embargo, en términos reales son notablemente inferiores a los registrados durante los años ochenta. Asimismo, y a diferencia de lo observado en esa época, en esta oportunidad no se aprecia un impacto significativo sobre el crecimiento mundial y no constituye una seria fuente de preocupación para la misma. Por otra parte, los precios del petróleo están reflejando presiones de demanda derivadas del crecimiento acelerado de países importadores de crudo, así como la presencia de elevados e irracionales patrones de consumo energético en muchos países industrializados. Es importante distinguir entre el aumento de la demanda de los países en pleno desarrollo de sus economías, y aquella porción de la demanda que expone patrones y estilo de consumo caracterizados por el despilfarro energético y el excesivo confort. En este contexto, restricciones en los países altamente desarrollados han impedido la ampliación de refinación, lo cual se refleja en los precios de productos refinados. Por otra parte, la escasez de inversiones en capacidad de transporte marítimo, así como la ocurrencia de fenómenos naturales, han contribuido a la complejidad de la situación y dificultad para atender adecuadamente el exceso de demanda, a pesar de los esfuerzos que los países productores, particularmente los de la OPEP, han realizado para garantizar un suministro oportuno a los mercados".


"Asimismo, creemos que los excedentes de ingresos de los países exportadores de petróleo deben aplicarse tanto a diversificar y fortalecer sus economías, estimular inversiones con alto retorno social y cancelar deuda pública externa, como a apoyar el desarrollo de los países más pobres. Al respecto, Venezuela ha seguido por varios años este enfoque, a través de iniciativas de cooperación económica y financiera de larga data con los países importadores de crudo en América Latina y el Caribe".


"Existen otros factores, no atendidos hasta ahora, que tienen el potencial para desatar la inestabilidad global, tales como: la desalineación de monedas, la ausencia de ajuste fiscal en algunas economías industrializadas, la persistencia de los déficit fiscal y en cuenta corriente en los EE.UU., el eventual encarecimiento y/o reducción de los flujos de financiamiento externo y las asimetrías reflejadas tanto en los flujos del comercio internacional, como en la distribución de los beneficios del crecimiento mundial".


Resultados macroeconómicos


Por segundo año consecutivo, la economía venezolana exhibió un notable dinamismo sustentado en la conjunción de la aplicación de políticas fiscal y monetaria consistentes con un mayor nivel de actividad económica, y en un entorno internacional auspicioso —fundamentado en el aumento de los precios nominales del petróleo—. En razón del primer elemento, la confluencia de una política fiscal expansiva y una política monetaria inclinada a sostener el aumento del crédito interno, permitieron el incremento de los medios de pago; con base en el segundo factor, la economía pudo disponer de mayores ingresos externos que elevaron la capacidad financiera del sector público y los activos externos de la República. En un contexto de creciente intermediación financiera, bajas tasas de interés y mayor fluidez en el funcionamiento del sistema de pagos, se mantuvo el auge de la demanda agregada interna en sus componentes de consumo e inversión, cuyo efecto dinámico determinó la expansión del producto interno bruto (PIB).


La adecuada estrategia adoptada por el BCV y su aplicación en la política monetaria, conjuntamente con la estabilización del tipo de cambio nominal y su efecto en la formación de expectativas, la política de administración de precios, la distribución de alimentos a bajo costo y el nivel de las importaciones, moderaron las presiones inflacionarias que resultaron de una dinámica económica en la cual la demanda agregada tendió a expandirse a un ritmo mayor que el producto.


Sector real


Las estimaciones preliminares señalan que el PIB creció en torno a 9,4% durante el año 2005. Con este resultado, se observa, por noveno trimestre consecutivo, un crecimiento sostenido. El aumento de la actividad económica se vincula con el dinamismo de la demanda agregada interna en un contexto de menor desempleo, desaceleración de la inflación y superávit en la balanza de pagos.


El auge de la actividad económica se concentró en el valor agregado no petrolero (10,3%), principalmente del sector privado no petrolero, cuyo desempeño incidió 70% sobre el aumento del PIB total. Allí destacan los sectores: manufactura (8,7%); comercio y servicios de reparación (19,9%); construcción (20,1%) y comunicaciones (15,9%). Por otra parte, el menor dinamismo de las actividades petroleras (1,2%) se vincula con el mantenimiento de la estrategia de defensa de los precios.


La demanda agregada interna se expandió 18%, financiada por los ingresos petroleros externos, principalmente a través de mayores erogaciones del Gobierno central (correspondientes a una economía en expansión) y el incremento de la intermediación crediticia ampliada (créditos e inversiones en valores) en cuatro puntos porcentuales, para elevar a 20,6% del PIB el índice de profundidad financiera de la economía.


El consumo creció 14,4% y representó 72,1% de la demanda agregada interna; por su parte, la formación bruta de capital fijo mostró la mayor expansión (33,2%). El consumo privado continúa percibiendo los beneficios del creciente ingreso de las familias y la recuperación del empleo, el acceso al financiamiento y la disminución de las tasas de interés activas, así como de las transferencias de recursos a los hogares mediante diversos programas sociales por parte del Gobierno nacional. Asimismo, la inversión evidencia la aplicación de ingentes recursos financieros a la renovación y expansión de la infraestructura física y de servicios del sector público, así como a la reposición de la capacidad productiva del sector privado.


La respuesta de la formación de capital resulta medular para sostener el crecimiento a largo plazo, toda vez que dos años consecutivos de crecimiento económico han elevado la capacidad utilizada de las empresas a niveles cercanos al 90%. La ampliación de la capacidad productiva interna permitirá contener las presiones inflacionarias mediante la superación de las restricciones de oferta. Concomitantemente, el incremento del acervo de capital acrecentará la capacidad de la economía para absorber productivamente aquella parte de la población que se incorpore a la fuerza de trabajo. Así, el ciclo de crecimiento iniciado por la expansión del gasto erige su sostenibilidad en la nueva capacidad para la creación de riqueza generada por crecientes niveles de inversión.


Precios


La inflación, medida por la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Área Metropolitana de Caracas, se desaceleró continuamente durante el año y se espera que al cierre de 2005 se ubique por debajo del valor oficial estimado inicialmente (15%). Para el mes de noviembre, la inflación acumulada alcanzó 13,5% y 15,3% la variación interanual, valores inferiores a los registrados en 2004.


El proceso de desaceleración inflacionaria, como se ha dicho, se vincula al efecto de la absorción de los excesos de liquidez por parte del BCV y las operaciones del Gobierno con títulos denominados en moneda extranjera colocados en bolívares en el mercado nacional, el aumento de la producción del país, las mayores importaciones, la estabilidad del tipo de cambio nominal y el efecto del adecuado nivel de reservas internacionales sobre la formación de expectativas de menor inflación.


La mayor desaceleración en los precios de los bienes transables, con relación a los no transables, se debe a la competencia impuesta por las importaciones. Mientras los primeros disminuyeron su tasa de variación interanual en 5,5 puntos porcentuales, los segundos lo hicieron en 3 puntos porcentuales. De igual forma, el componente importado del Índice de Precios al Mayor (IPM) mostró una variación acumulada de 10,7%, menor a la del componente nacional, que se ubicó en 14,4%.


Mecanismos adicionales para reducir la inflación fueron la política de administración y control de precios de algunos bienes y servicios de primera necesidad, así como la efectiva distribución de alimentos a través de la red Mercal. Los precios de los bienes controlados tuvieron una inflación acumulada a noviembre de 10,1% y los no controlados de 16,8%. En promedio, el nivel de acatamiento del control fue mayor durante este año.


Sector externo


El sector externo respondió favorablemente a las condiciones del mercado internacional, en el cual la creciente demanda, asociada con el crecimiento de la economía mundial, propició la permanencia de mayores precios nominales para las exportaciones venezolanas, principalmente petroleras. Las importaciones experimentaron un repunte al responder a la expansión de la producción y al gasto interno, dado el efecto ingreso positivo generado por el sector petrolero y a la oportuna cobertura de los requerimientos de divisas por parte de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi).

El superávit de la cuenta corriente (17,7% del PIB) fue impulsado por el aumento de las exportaciones totales, que ascendieron a US$ 55.597 millones. Destaca el crecimiento de las exportaciones petroleras (51,5%) y, en menor medida, de las no petroleras (6,3%). Estas últimas se mantuvieron relativamente constantes con relación al PIB (ligeramente por encima de 5%) y su crecimiento se concentró principalmente en metales comunes, carbón y plásticos. Las importaciones alcanzaron US$ 25.174 millones, vinculadas con la mayor disponibilidad de divisas y al desempeño de la actividad económica real. Por destino económico, resaltó el aumento de las importaciones de los bienes de capital y de los insumos.


Conviene señalar que el resultado en cuenta corriente se explica, fundamentalmente, por la mejora relativa experimentada en los precios de los bienes exportados con respecto a los precios de los bienes importados. Se estima que los términos de intercambio mejoraron en 37,6% con respecto al año 2004.


El déficit de la cuenta de capital y financiera se situó en 11,2% del PIB y, básicamente, recoge la constitución de activos externos del sector público, entre los que se encuentran los fondos especiales de inversión —incluida la transferencia de US$ 6.000 millones desde las reservas internacionales del BCV al Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden)—, las cuentas por cobrar de Pdvsa y el incremento de activos del sector privado no financiero provistos, principalmente, mediante la liquidación de bonos públicos denominados en moneda extranjera. Estas transacciones no implican necesariamente un deterioro de la posición externa del país, sino una reestructuración de los activos internacionales.


El resultado de la balanza de pagos reflejó un superávit global de US$ 4.984 millones (3,6% del PIB), el cual permitió acumular un nivel de reservas internacionales brutas del BCV que, al 22 de diciembre de 2005 se ubicaron en US$ 28.920 millones.


Sector monetario y financiero


El efecto conjunto de la expansión del gasto público y la intermediación financiera determinó el incremento de la liquidez monetaria. La liquidez excedente fue drenada parcialmente mediante las operaciones de mercado abierto del Banco Central de Venezuela y por la colocación de instrumentos financieros públicos negociables en el exterior. La trayectoria de los agregados monetarios expresa los efectos de la política económica con la finalidad de estimular el crecimiento de la economía. Hasta el mes de noviembre, la liquidez monetaria en poder del público (M2) registró un incremento nominal de 44,6%, y de 55,5% en los últimos doce meses. Del mismo modo, los agregados menos amplios representados por el circulante (M1) y la base monetaria, evidenciaron aumentos nominales de similar magnitud.


El escenario general de crecimiento, la ausencia de arbitraje externo, la fijación de límites adecuados para la determinación de las tasas de interés y la asignación administrativa de parte de la cartera de crédito de la banca, actuaron como catalizadores de la monetización de la economía nacional y la creciente contribución del sistema bancario a la generación y distribución del producto.


Se espera que al cierre del año, la cartera de créditos respecto al PIB no petrolero, indicador de la intermediación de fondos para la generación del producto del sector privado, aumente de 14,6% a 18,1%. Este resultado se debe a la expansión de la cartera bruta de préstamos en términos reales (50,7%) y señala un incremento en la canalización de fondos financieros a las diversas actividades económicas.


Los préstamos otorgados a las familias experimentaron un incremento real de 80,1% al mes de noviembre, producto del mayor destino de recursos para la compra de vehículos (179,8%) y la adquisición de bienes y servicios a través de las tarjetas de crédito (48,2%), donde este último rubro representó el 62,4% de los créditos al consumo. La mayor demanda de consumo mediante tarjetas de crédito se asocia con la expansión de la actividad económica y a su efecto sobre el ingreso disponible, al descenso de la respectiva tasa de interés y al consumo realizado en moneda extranjera (el cual alcanzó en el período enero-noviembre el monto de US$ 799,0 millones).


Los préstamos otorgados para la adquisición, refacción, remodelación, ampliación y construcción de vivienda comenzaron a registrar ascensos anualizados reales, a partir del mes de mayo de 2005, hasta alcanzar un incremento real de 119,1%, al mes de noviembre. Este comportamiento podría vincularse, en parte, con la fijación de tasas de interés activas preferenciales para la compra de vivienda, el otorgamiento de subsidios a grupo familiares con ingresos mensuales menores a 55 unidades tributarias, la posibilidad de que un mayor número de familias haya tenido acceso a los créditos hipotecarios y al mejor desempeño del sector construcción.


La considerable cantidad de dinero en circulación, el control de cambio y la fijación de tasas pasivas más atractivas llevaron a los agentes económicos a colocar en el sistema bancario sus excedentes financieros. Así, las captaciones totales, desglosadas en públicas y privadas, muestran un significativo aumento en los últimos doce meses desde noviembre de 2004: 99,3% en el sector público y 55,1% en el sector privado. No obstante, el porcentaje de participación del sector privado mantuvo su relevancia, ya que representó para noviembre 72,8% de las captaciones totales.


Las tasas de interés y el bienestar social


Las medidas adoptadas por el Directorio del BCV para regular las tasas de interés y las comisiones bancarias tuvieron efectos altamente positivos en el ámbito económico y social. En efecto, la estructura de tasas de interés exhibió un comportamiento favorable, en el contexto de un esquema de determinación administrada, aplicado por el Instituto desde el 1° de mayo de este año. Este mecanismo fortaleció el crecimiento de la economía nacional y el acceso a un mayor nivel de bienestar social. Igualmente ha incentivado el ahorro de la población y el funcionamiento adecuado del sistema financiero nacional. De esta manera, para el año 2005, se establecieron los topes máximos y mínimos a las tasas de interés activas y pasivas, respectivamente, con base en las tasas referenciales del BCV. La tasa activa máxima se ubicó en 28% y las tasas pasivas mínimas para los depósitos de ahorro y a plazo, en 6,5% y 10%, respectivamente. En este sentido, el promedio ponderado de la tasa de interés activa para noviembre varió en sólo 0,2 puntos porcentuales con respecto al mes de abril de 2005, ubicándose en 16,2%. Sin embargo, se observó que para los créditos de montos bajos (menores a Bs. 5 millones) experimentó una reducción durante los meses siguientes a la entrada en vigencia de la resolución. Las tasas de interés de los Depósitos de Ahorro se ubicaron en un promedio de 7,2% en el mes de mayo, manteniéndose alrededor de este nivel hasta el mes de noviembre. Antes de la medida, las tasas de ahorro mostraban una gran dispersión, con valores mínimos de alrededor de 1% y altas comisiones por su mantenimiento. Al respecto, conviene destacar que aproximadamente el 80% de las cuentas de ahorro tienen saldos no superiores a Bs. 500 mil, lo cual refleja el efecto social de esta medida al beneficiar, principalmente, a los pequeños ahorristas. Este hecho, contribuyó al incremento de las captaciones a través de estos instrumentos. Igualmente, la tasa de interés de los Depósitos a Plazo Fijo mayores a 28 días, se situó cercana al tope mínimo establecido, ubicándose para el mes de noviembre en 10,5%, Sin embargo, es importante destacar que las operaciones pactadas a montos menores de Bs. 5 millones que representan el 56,8% del total, experimentaron un incremento en las tasas de interés al pasar de 8,5% en abril a 10,1% en noviembre de 2005, lo que favorece a los ahorristas de menos recursos.


La evaluación de las tasas de interés por destino económico revela que el principal impacto de la fijación de límites por el BCV correspondió a la tasa para consumo con tarjetas de crédito. Previamente a la resolución en referencia, estas tasas mostraban una gran dispersión y llegaban, en algunos casos, a más de 50%. En promedio, descendieron en términos puntuales de 37,2 (abril 2005) a 26,6% (noviembre 2005), ahora con una variabilidad mínima.


Por resolución de fecha 26 de abril de 2005, el BCV complementó la medida de fijación de tasas de interés, al establecer limitaciones a la banca en cuanto a la exigencia de mantenimiento de depósitos y compra de otros servicios y productos para el otorgamiento de créditos. Igualmente prohibió el cobro de comisiones o tarifas sobre la administración de las cuentas de ahorro. En posterior resolución del 1° de diciembre de 2005, el BCV fijó una tasa máxima de 3% anual aplicable a las obligaciones morosas por concepto de créditos otorgados por las instituciones financieras.


El BCV, al adoptar estas medidas, responde al compromiso que tiene con la sociedad venezolana y el desarrollo armónico de la economía nacional.


Balance y perspectivas


En síntesis, los resultados económicos y sociales del año 2005 han sido altamente positivos. Así lo demuestran, entre otros indicadores, el crecimiento del PIB a un ritmo de 9,4%, considerado -según estimaciones preliminares de algunos organismos internacionales- el más elevado de América Latina; el apreciable fortalecimiento del sector no petrolero de la economía (10,3%), claro indicio de un proceso de diversificación de la producción reflejado en alzas significativas en el sector manufacturero (8,7%), comercio y servicios (19,9%), construcción (20,1%), y otros no menos relevantes, todo ello conjuntamente con una tasa de inflación inferior al 15% oficialmente estimada. Por otra parte, el apreciable incremento en las ventas; el mantenimiento de una tasa moderada de interés en virtud de las regulaciones del BCV, el incremento en la actividad crediticia del sector bancario para fines de consumo e inversión y el suministro de un flujo sostenido de divisas para la importación de bienes y servicios a través de un sistema de control de cambio racionalmente administrado, son hechos que conviene destacar. Igualmente significativo resultó el incremento del valor de las exportaciones no petroleras y el mayor volumen de ventas de divisas de ese sector al Banco Central.


En el ámbito de las finanzas públicas, además del aumento de los ingresos petroleros, debe destacarse: a) El sostenido incremento de los ingresos internos no petroleros como resultado del crecimiento económico y de los esfuerzos del Seniat que se tradujeron en un aumento en la recaudación superior a lo estimado; b) Las operaciones de refinanciamiento y reestructuración de la deuda pública con el consiguiente mejoramiento de su perfil de vencimientos y extensión del plazo promedio de los bonos; y c) La progresiva y significativa reducción del riesgo país como consecuencia del entorno interno y externo más favorable en que se ha venido desenvolviendo la economía nacional y la cancelación oportuna de los pagos externos por parte de los sectores público y privado. Finalmente, en el campo social conviene subrayar la ejecución de una política orientada a lograr una mejor distribución del ingreso, caracterizada, fundamentalmente, por una mayor atención del Estado a la solución de problemas de educación, salud, vivienda y alimentación de los sectores de menores ingresos, así como de la seguridad social. Los esfuerzos en materia de distribución de alimentos a través de Mercal y los programas educativos y asistenciales realizados por las distintas misiones han contribuido sustancialmente al logro de tan plausible objetivo.


Para el año 2006, las políticas económicas y sociales internas, en conjunción con el mantenimiento de las condiciones favorables en el mercado petrolero y la economía mundial, permitirán mantener una alta tasa de crecimiento de la actividad económica y seguir avanzando en la reducción de la inflación y la pobreza. En este sentido, el Ministerio de Finanzas y el BCV analizan actualmente, en el contexto del Acuerdo Anual de Políticas, las acciones para alcanzar las metas oficiales de crecimiento del PIB real y de inflación anunciadas, las cuales deben estar en torno a 5% y 10%, respectivamente. Merece destacarse la importancia del Acuerdo Anual de Políticas para procurar una coordinación efectiva de las acciones de política fiscal, cambiaria y monetaria para lograr los objetivos macroeconómicos planteados y contribuir al desarrollo armónico de la economía nacional. Es oportuno señalar que el éxito de estas políticas requiere del concurso activo de todos los sectores del país para alcanzar un crecimiento económico sostenido y equitativo consistente con el desarrollo humano integral.

Ver el documento completo